20 de junio de 2016

Viaje Cultural a Navarra


El pasado 11 de Junio salimos de Guadalajara, camino de Pamplona. 

La primera parada fue Olite. 

La silueta esbelta y armoniosa de su castillo-palacio domina Olite, pequeña ciudad situada en el centro geográfico de Navarra. Nos cautivó con sus estrechas calles de nobles caserones de piedra con escudos de armas y grandiosos aleros de madera, galerías medievales y espléndidas iglesias, además de descubrir el recinto amurallado romano.


Pero lo que destaca en su castillo-palacio: fue sede real durante la Edad Media, los gruesos muros y torres almenadas del palacio alojaron a reyes y princesas. Declarado monumento nacional en 1925, constituye el ejemplo más importante del gótico civil de Navarra y uno de los más notables de Europa.






















Después de comer en Olite partimos hacia Santa María de Eunate y Puente la Reina. allí nos esperaba nuestra guía para explicarnos estos dos bonitos enclaves.

Eunate es especial. Lo es no sólo por su ubicación en medio del campo, o por la singularidad de su arquitectura. Lo es, no porque, dicen, "tiene algo de misterioso" o porque algunos le atribuyan ciertas energías....Eunate es especial porque fue hecho con y para el silencio, porque transmite paz.

Se trata de una iglesia románica de planta octogonal, construida en el siglo XII y su principal característica, y que más llama la atención, es la existencia de un deambulatorio, arquería o claustro exterior a su alrededor, también de forma octogonal. Circunvalando ambos elementos, un pequeño muro protege todo el conjunto. Cubierta de forma piramidal a ocho aguas, hecha con lajas de piedra. En lo alto una espadaña y una pequeña torre de planta cuadrangular que servía para subir al tejado por una escalera de caracol, existente en su interior.







Nuestra siguiente parada en Puente la Reina, "cruce de caminos", villa medieval en la que se funden las dos vías principales del Camino de SantiagoCaminar por sus empedradas rúas Crucifijo y Mayor es un agradable ejercicio, en ellas se encuentran  joyas arquitectónicas como las iglesias del Crucifico, Santiago y San Pedro, y bellos edificios salpicados de detalles de influencia jacobea. 














Pero, sin duda, el puente románico sobre el río Arga fue lo que más nos sorprendió. Es uno de los ejemplos románicos más hermosos y señoriales de la ruta jacobea y el que da nombre a esta villa.


De allí a Pamplona, donde nos alojamos en el Hotel Leyre, situado en el centro de la ciudad.

Pamplona nos sorprendió por su animación. Llena de locales donde se degusta buen vino y mejores pinchos. Recorrimos las calles por todos conocidas: Estafeta, la Plaza del Castillo, Santo Domingo, el ayuntamiento....
El domingo por la mañana hicimos una visita guiada por la ciudad, sin olvidar hacer el cántico a San Fermín en la Cuesta de Santo Domingo. 
Tiempo libre, comida y salida para Guadalajara.












Un viaje estupendo, lo pasamos fenomenal y además aprendimos muchas cosas.

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