El pasado 8 de mayo la
Asociación organizó una nueva conferencia sobre Egipto. En esta ocasión con el
título "La Ciencia del Cálamo, escribas, textos y bibliotecas",
impartida por el Prof. y Dr. en Egiptología D. Antonio Javier Morales. Hizo la
presentación el Concejal de Cultura D. Javier Toquero.
Uno de los aspectos
más atrayentes de la cultura del Egipto faraónico es su escritura, un sistema
que mediante los famosos jeroglíficos representó el habla y el pensamiento de los
antiguos egipcios desde la época dinástica antigua (aprox. 3000 a.n.e.) hasta
la llegada de los romanos. Son muchas las teorías que intentan descifrar cómo
se produjo la invención de estos signos (y de sus correspondencias en escritura
no-monumental, conocida como “escritura hierática”), aunque aún desconocemos
parte de su funcionamiento. Lo que realmente conocemos es el contexto en el que
el sistema apareció y el empleo que se le dio a la escritura, primero y sobre
todo en el ámbito de la administración central del rey, para pasar a posteriori
a servir otros intereses de las elites políticas, las clases sociales más
pudientes y los cleros de todo el país. Sin duda alguna, la escritura
jeroglífica fue considerada “un regalo de los dioses”.
A lo largo de tres
milenios la escritura egipcia experimentó numerosas variaciones, aunque la
institución que se encargó de su preservación, desarrollo y enriquecimiento
–conocida como “la casa de la vida”– no sufrió muchas transformaciones y
mantuvo todas las tradiciones milenarias que la hicieron famosa, incluso para
los viajeros sirios, griegos y romanos que pudieron ser testigos del trabajo de
los escribas. El escriba egipcio aprendía su oficio en una “casa de la vida”,
una institución de tipo escolástico asociada a un templo donde iniciaba su
aprendizaje para controlar y desarrollar la ciencia del cálamo. Para algunos
individuos, ésta era una profesión que le permitiría alcanzar cierto respeto y
prestigio a nivel local, entre los suyos; para otros, era la oportunidad de
ascender en la administración para lograr puestos entre la elite del poder que
rodeaba al faraón egipcio. El aprendizaje era duro, el sistema complejo, pero
los beneficios eran alabados en todo el país a través de famosos himnos y
canciones sobre el escriba y su trabajo.
La labor del escriba
dio lugar a un repertorio de escritos de todo tipo. Como en el mundo moderno,
en la Antigüedad los diversos trabajos, contextos y necesidades de la
administración, las elites y el pueblo requirió de composiciones de todo tipo:
desde listados de asistencia al trabajo hasta poemas de amor, la multiplicidad
de géneros administrativos, literarios y religiosos fue rica y se convirtió en
prueba de la continua actividad de estudio, producción e inspiración de los
escribas, sacerdotes y pensadores egipcios a lo largo de tres milenios.
Gracias a todos los
asistentes por su interés y preguntas interesantes al final de misma.
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